Realizó sus estudios de pregrado en la
Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile donde se licenció como biólogo
en 1967. Luego obtuvo un doctorado en Biología en la Universidad de Harvard.
Como parte de su formación inicial estudió
la licenciatura en filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de
Chile, junto las lecturas guiadas por Roberto Torreti en el Centro de Estudios
Humanísticos de la Escuela de Ingeniería en 1966.
Por esta vía Varela conoció la
fenomenología europea y comenzó la lectura de Husserl, Heidegger y Merleau
Ponty. Gracias a la colaboración de Felix Schwartzman, Francisco descubrió la
naturaleza social de la ciencia. A través de los autores Alexandre Koyré,
Georges Canguilhem y de Gastón Bachelard -que convergerían en los trabajos de
Thomas S Kuh en `La estructura de las revoluciones científicas`. Esta formación
lo dejaría en una inmejorable posición para convertirse en uno de los maestros
de la epistemología experimental del siglo XX.
En 1973 el científico emigró a Estados
Unidos y trabajó en la Universidad de Nueva York. Volvió temporalmente a Chile
entre 1980 y 1985, para luego marcharse a Europa, al Instituto Max Planck, en
Alemania. Finalmente se radicó en Francia.
Francisco Varela investigó durante la mayor
parte de su vida las bases biológicas del conocimiento y el lenguaje, las
características de la vida, realizó aportes a la comprensión de la epilepsia y
del sistema inmunológico y exploró las fronteras de la neurociencia y la
psicología cognitiva.
Su adhesión a la filosofía budista lo llevó
a estudiar la relación entre el pensamiento oriental y los métodos científicos
de Occidente. Por esta misma motivación se dedicó a investigar los fundamentos
biológicos de la conciencia.
Publicó numerosos artículos sobre la
fisiología sensorial, el modelado biológico y la inmunología, y es autor de
varios libros. Entre ellos destacamos El árbol del conocimiento, en coautoría
con Humberto Maturana (Ed. Universitaria), The Embodied Mind: Cognitive Science
and Human Experience) La Mente Encarnada: Ciencia Cognitiva y Experiencia
Humana) (MIT Press, 1991), en colaboración con E. Thompson y E. Rosch, Etica y
Acción, (Dolmen Ediciones, 1995). En el último periodo de su vida se desempeño
como profesor de ciencias cognitivas en la Fondation de France, y de epistemología
en la Escuela Politécnica de París.
- Lo que ha querido desarrollar en estos ensayos es una comprensión del fenómeno de la vida en toda su gloria y majestad. Esto quiere decir evitar caer en la tentación dominante de partir del universo impersonal y muerto de la física para luego verse forzado, casi a contrapelo, a rescatar de ahí lo vivo, cuya especificidad es lo individual creador de significado. Gran parte de las ideas que aquí presento son precisamente el esfuerzo por romper ese sueño newtoniano, y por recentrar el fenómeno de la vida sobre sus propias bases, es decir, no como evento improbable que escapa a la muerte física, sino como ocurrencia central de la naturaleza que funda todo conocer y, en particular, el conocimiento del mundo físico. La conclusión a la que estos ensayos apuntan es que lo central es un circularidad inalienable entre el acto de conocer y vivir, entre el universo de lo vivo y el conocer como objeto de estudio. Dicho de otra manera, el fenómeno de la vida, como un todo, quiere decir, precisamente, que el acto de vivir precede a la explicación del origen de la vida sobre la Tierra. Que el conocer precede a la comprensión del conocer visto como mecanismo biológico y neuronal. Que la experiencia vivida es la base misma de la exploración científica de la conciencia`.
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